“Che gorila, che gorila, no te lo decimos másss, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armarrr.” Con ese coro de fondo, entonado por funcionarios, militantes y dirigentes gremiales --cuerpo y alma de un peronismo revitalizado alrededor de la defensa de la vicepresidenta--, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, le tomó juramento como ministro de Trabajo a Walter Correa, exdiputado del FdT y secretario general del Sindicato de Obreros Curtidores. Identificado con el kirchnerismo, Correa asume en un momento que, marcado por los reclamos salariales ante el crecimiento de la inflación, pondrá a prueba el apoyo del sindicalismo con que llega al cargo.