El comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, el 24 de febrero de 2014, conmocionó al mundo, que empezaba a recuperarse lentamente del cimbronazo que significó la pandemia de coronavirus. En los días previos a la orden militar del líder del Kremlin, Vladimir Putin, ya se preveía que la tensión iba a derivar en un nuevo conflicto bélico