Luego de la reunión a solas que el presidente Alberto Fernández tuvo en su despacho de Casa Rosada con su par de Brasil, Inácio Lula da Silva, ambos jefes de Estado se dirigieron al Salón de la Ciencia Argentina, también en Balcarce 50, donde los esperaban los Organismos de Derechos Humanos. En una mesa larga estaban sentadas: Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Taty Almeida y Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Lita Boitano, de Familiares; Adolfo Pérez Esquivel, premio nobel de la Paz, y nietos recuperados. Allí, el brasileño les transmitió su preocupación por proteger las democracias y defenderlas, les dijo que "el progresismo tiene que estar muy unido porque la derecha fascista no puede avanzar en la región", y que los organismos de derechos humanos, de la mano de las Madres y las Abuelas, son un ejemplo, y los que permiten "que las democracias sean un poco más fáciles". La detención injusta de Milagro Sala también estuvo sobre la mesa.