Dueño de una voluntad de estilo que tanto pudo advertirse en el que posiblemente sea su film más conocido, Madame Satâ (2002), como en la ambiciosa Una vida invisible, ganadora del premio Un Certain Regard en Cannes 2019, en este caso el estilo surge de la propuesta misma. Presentada Fuera de Competencia en Cannes 2021, Marinero de las montañas es un armado de imágenes heterogéneas, tomadas sobre la marcha, no necesariamente ortodoxas ni “bien filmadas”. En términos temporales, el viaje tiene tres capas. Hay un tiempo físico que se dirige hacia delante, hacia esa Argelia tanto tiempo imaginada, aunque no precisamente soñada. Un tiempo psicológico, que retrocede al pasado del recuerdo familiar, y un tiempo anímico en presente, gracias a esa resurrección de la madre a la que el “marinero” convoca en sus cartas. “Iracema”, empieza más de un párrafo, y de ahí en más el mensajero narra en presente las estaciones del viaje, como si la madre estuviera a su lado.