Luego de su exposición, llegó el momento de las preguntas de la oposición. Dentro de todo, con chiste y guiños internos, Massa logró surfear los cuestionamientos y críticas de Juntos por el Cambio con bastante tranquilidad. Hubo, incluso, un alago de Rodrigo De Loredo (Evolución), que lo felicitó porque había sido muy "pedagógico". El momento de mayor tensión, en cambio, fue al principio de todo, con las preguntas de las diputadas de izquierda, quienes salieron a cruzarlo con dureza por sus declaraciones respecto al conflicto sindical en el sector de neumáticos. Massa había declarado el día anterior que no se podía ser "rehenes" de un "capricho" de un "grupo chiquito" de sindicalistas, lo que había generado mucho ruido (incluso internamente), por lo que su objetivo original cuando arribó al Congreso había sido bajar un poco el tono. Así lo hizo antes de entrar a Pasos Perdidos, cuando aseguró que tanto empresarios como sindicalistas estaban "siendo inflexibles" por no querer sentarse a negociar. Sin embargo, cuando Romina Del Plá lo acusó de estar "al servicio de las patronales" y de "extorsionar" a los trabajadores con la amenaza de abrir las importaciones, el ministro reaccionó. "Cuando uno apela a suspender los principios de inflexibilidad de las partes no puede sentirse solo atacado una de las partes", comenzó diciendo tranquilamente, pero, frente a los gritos de tanto Del Plá como Nicolás Del Caño que le decían "mentiroso", se enojó: "No miento, el que mintió fue el sindicalista que dijo que no había sido atendido en el Ministerio de Economía, cuando De Mendiguren se reunió una vez con él y Pablo Moyano y otra vez, a solas. Entonces, el que mintió es Crespo, diputada". En la sala se hizo silencio y si bien algunes diputades massistas aplaudieron muchos legisladores oficialistas se removieron incómodos.