Viedma, La Capital Que No Fue

Desde el estreno en 2008 de su opera prima, Parador Retiro, Jorge Leandro Colás viene sumando regularmente títulos a una filmografía que, con apenas un par de excepciones, se aferra al universo de lo real. El 24° Bafici, que acaba de terminar hace algunos días, presentó no uno sino dos documentales que llevan la firma del realizador. Por un lado, Los médicos de Nietzsche, que formó parte de la Competencia Oficial Argentina; por el otro, Viedma, la capital que no fue, presentada en funciones especiales en calidad de preestreno pocos días antes del lanzamiento comercial. Como su título lo indica, claramente y sin vueltas, el realizador se propone contar la historia de una epopeya anunciada pero nunca concretada: el traslado de la Capital Federal desde Buenos Aires hacia Viedma (también Carmen de Patagones y Guardia Mitre, aunque esos dos parajes no suelen recordarse ni nombrarse). Con ese objetivo, la película recorre un momento en la historia del país en el cual las algarabías y esperanzas del regreso a la democracia comenzaban a ser horadadas por la crisis económica y otros conflictos de orden social y político (una de las entrevistadas recuerda la Ley de Punto Final como un mojón importante del comienzo de la decepción).