La adicción a los analgésicos y sus terribles consecuencias a la salud de la población empieza romper las barreras del siempre negacionista e interesado de-eso-no-se-habla. Pandemia silenciosa pero potencialmente mortal, la automedicación y/o la prescripción de medicamentos cuyos efectos adversos son peores que los dolores que pretenden calmar, es uno de los grandes problemas de la sociedad actual. El uso y abuso crónico de calmantes es una realidad que la ficción empieza a abordar con Dopesick, la miniserie que cuenta la crisis por el consumo de opoides que afecta principalmente a Estados Unidos, a través del caso real de OxyContin, un medicamento que se masificó a mediados de los noventa bajo la falacia de ser inofensivo y que provocó una adicción que hoy es la principal causa de muerte entre los estadounidenses mayores de 50 años.