Resumen del juego: Bulls 115, Mavericks 112

Alejandro Dolina tiene una reflexión muy linda sobre el deporte en la que aplica el concepto "suspensión de la incredulidad", habitualmente reservado para las esferas del arte, el cine o la literatura. Según su hipótesis, para disfrutar de un partido hay que apagar ese sentido por cuanto dure la cosa y dar por hecho que lo que suceda en ese lejano campo de juego puede cambiarnos la vida, para mejor o para peor... De lo contrario, un partido no tiene sentido, no tiene interés. Ese reinado momentáneo de la credulidad se puede hacer extensivo a la ilusión siempre presente -por más chiquita que sea- del hincha que cree que su equipo puede ganarle a cualquiera, aunque enfrente esté el Goliat más poderoso. Claro, aunque la lógica patea para el otro lado, en el deporte sobran ejemplos para confiar en el heroico "batacazo".