Expulsado por la federación de esquí nórdico de su país luego de tres participaciones olímpicas (Albertville 1992, Lillehammer 1994 y Nagano 1998), Mühlegg se contactó con la federación española, que ávida de resultados en un deporte con nula tradición en la península, lo aceptó sin demasiadas concesiones y consiguió su nacionalización en tiempo récord. A partir de sus grandes resultados, el alemán Johann se convirtió en "el murciano Juanito", el nuevo héroe nacional de una prensa que encontraba un personaje perfecto para explorar sensaciones inéditas hasta ese momento. "Estoy muy feliz de haber ganado para España y para los españoles", lo citaban los diarios el 24 de febrero de 2002, cuando sumó en Salt Lake City su tercer oro olímpico, el que el Rey Juan Carlos le había pedido especialmente unos días antes, tras su segunda medalla.