Blanco o negro. Una campaña electoral en Estados Unidos se revela sin la posibilidad de grises. Y, aunque parezca extraño, nada tiene que ver con Donald Trump ni el Partido Republicano. Se trata de la candidatura de Robert F. Kennedy Jr., nieto del embajador norteamericano, sobrino de JFK e hijo de Bobby, otro integrante de la familia real que también murió acribillado mientras competía en las primarias de 1968. RFJ Jr. se metió en la discusión del Partido Demócrata al decir lo que no hay que decir para el establishment norteamericano: que la CIA participó del asesinato de su tío, que la OTAN fogonea la guerra entre Rusia y Ucrania y que, en caso de ser presidente, liberaría a Julian Assange y a Edward Snowden.