En su retorno a Brasil después de 89 días en Estados Unidos, Jair Bolsonaro enfrentó este jueves una situación inédita: se vio obligado a pasar por los controles aduaneros, burlados frecuentemente por él y sus subordinados cuando era jefe de Estado. Fue violando las requisas legales que militares a su servicio ingresaron clandestinamente joyas obsequiadas por la dictadura de Arabia Saudita. Por ese presunto delito será indagado la semana que viene, junto a sus ex ayudantes de órdenes, el teniente coronel Mauro Barbosa Cid y otros miembros de las Fuerzas Armadas.