La cesión provisoria de un campo en desuso del Estado para el desarrollo de una colonia agroecológica que generará puestos de trabajo y alimentos a precios justos para los habitantes de Mar del Plata generó una enardecida reacción en cadena de la dirigencia de Juntos por el Cambio, que disfrazó la noticia de “regalo de tierras”, “usurpación” y “toma” –según el grado de entendimiento e irresponsabilidad– y retomó su tradicional catilinaria para estigmatizar a los pequeños productores rurales del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). “El Gobierno entrega tierras nacionales a sus amigos como si fueran caramelos”, saltó luego Diego Santilli, especialista en la materia por su gestión en la ciudad de Buenos Aires y uno de los muchos aspirantes a competir por la gobernación bonaerense.