Su primera escena transcurre en Berlín durante 1968, el año de las revoluciones. Hans, el protagonista, es condenado a dos años de prisión tras ser encontrado culpable del delito de sodomía. Encarcelado por homosexual, una práctica legal por entonces habitual en Alemania gracias a la aplicación de la ley conocida como Párrafo 175. La misma indicaba: “un acto sexual innatural cometido entre personas del sexo masculino o de humanos con animales es castigable con reclusión; también puede ser impuesta la pérdida de los derechos civiles”. Aunque el Párrafo 175 fue incorporado en el código penal alemán en 1871, el mismo fue modificado durante el nazismo para que bastara un rumor o la simple sospecha del “delito” para que la justicia pudiera actuar en contra de sus “perpetradores”.