Just Stop Oil lo hizo de nuevo. Dos militantes de esta organización ecologista británica le arrojaron dos "tortazos" a la cara del rey Carlos III. Claro que quien resultó con el rostro embadurnado de chocolate no fue el verdadero monarca, sino su réplica de cera que encuentra expuesta en el museo de Madame Tussauds, en Londres. La acción de los activistas —que semanas atrás le tiraron una lata de sopa de tomate a la obra "Los Girasoles", de Van Gogh— tenía como objetivo reclamar que el gobierno "detenga las nuevas licencias de petróleo y gas".