La guillotina del abastecimiento energético ruso cayó sobre Francia como un anticipo de lo que puede ocurrirles a otros países europeos de aquí al invierno. El mastodonte ruso de los hidrocarburos, Gazprom, anunció oficialmente el martes 30 de agosto que interrumpía por completo el suministro de gas al grupo francés Engie. Según Gazprom, la medida se debe a que la empresa francesa no pagó la totalidad del suministro de gas que recibió durante el mes de julio. Engie nació en 2006 mediante la fusión de la empresa de energía Suez y Gaz de France y es hoy la segunda empresa más grande de servicios públicos (distribución de electricidad, gas natural, Petróleo y energías renovables). El martes por la noche, en un comunicado, Gazprom adelantó que le “comunicó a Engie la suspensión completa de sus suministros de gas a partir del primero de setiembre de 2002 y ello hasta que no reciba la totalidad las sumas financieras adeudadas por las entregas de gas”. El grupo energético francés no comentó la decisión de Gazprom. No obstante, la Primera Ministra francesa, Elisabeth Borne, afirmó que “Engie había encontrado otras fuentes de provisión” sin precisar cuáles.