Facundo Campazzo es genuino. Tanto como exigente y realista. Por eso, mientras transcurre sus días en Córdoba, mechando entrenamientos y vida social con familiares y amigos, no se ubica en ningún extremo cuando tiene que analizar su segunda temporada en la NBA en charla con Página/12. Hace autocrítica y evita poner excusas por una segunda parte que lo encontró sin el nivel esperado ni con los minutos que pretendía. Pero, a la vez, mientras le escapa a la victimización, entiende las decisiones del entrenador de los Nuggets y asegura que no todo fue color negro durante los últimos meses