Horacio Rodríguez Larreta sinceró desde un supermercado el plan de claro perfil neoliberal con el que pretenderá bajar “la tortura” de la inflación en caso de ser elegido como presidente. Ajuste fiscal, privatizaciones, salida del cepo cambiario, apertura de importaciones, independencia del Banco Central y endeudamiento. Es decir, “retomar el camino que había iniciado Mauricio” Macri en 2015, sinceró. La particularidad del anuncio fue la simbología de su escenario: un supermercado para el vaticinio de medida de mercado ultraortodoxas que más que anuncios fueron amenazas. Primero hizo una larga perorata acerca de la inflación, cuyo índice dado a conocer ayer por el Indec dio signos de desaceleración. “Ir a un supermercado es una angustia, una incertidumbre” que “sufrimos todos” y que “no nos deja vivir en paz” porque “es una tortura” diaria como una “desgracia”, dijo en su discurso de la aflicción in crescendo. “La única seguridad que tenemos es que los precios vuelven a subir. La inflación más que un número es una desgracia”, añadió con adjetivos uno más superador que otro.