“Dios no existe”. Con esas tres palabras inicia su primer sermón el protagonista de Santo maldito (estreno del próximo miércoles por Star+). Dispuesto a sacudir a los fieles de una iglesia evangélica, Reinaldo (Felipe Camargo) predica con artillería pesada desde el púlpito mientras suena el “Hallelujah” de Leonard Cohen (en algún otro momento lo hará “You Want It Darker” del cantautor canadiense). En ese juego de ambivalencias morales, donde lo divino se cuenta en reales, un ateo aguerrido que se convierte en un líder religioso luego de haber realizado un supuesto milagro. La serie brasileña, alejada de todo pintorequismo for export, apuesta en sus ocho episodios por un drama existencial, algo de suspenso y un neorrealismo de los márgenes.