La primera vez que Asia recibió una Copa del Mundo cambió para siempre la cultura futbolística de ambos países. Según el artículo “Effect of 2002 FIFA World Cup: Point of Attachment That Promotes Mass Football Participation”, publicado este año en la revista académica Frontiers in Psychology por Taeahn Kang, Jeongbeom Hahm y Hirotaka Matsuoka, aquel Mundial promovió significativamente el fútbol tanto en Corea del Sur como en Japón y cambió considerablemente su escena futbolística. En su valiosa investigación, los autores destacan, por ejemplo, que 17 de los 20 estadios utilizados en aquel Mundial fueron construidos especialmente para el evento, lo que aportó una infraestructura necesaria para el desarrollo del deporte una vez finalizada esa competencia. A su vez, señalan tres efectos más de aquella Copa en el ecosistema originario del despegue futbolístico de ambas naciones: según sus datos, “propició el crecimiento de las ligas de fútbol profesional, dada la expansión del número de clubes entre 1996 y 2020”, pasando de 9 a 22 equipos en Corea del Sur y de 16 a 56 en Japón; duplicó además el número de estudiantes atletas de fútbol en Corea del Sur (de 10.692 en 1996 a 26.812 en 2016); y generó “un aumento masivo en espectadores de la División 1 de la liga de fútbol profesional japonesa en las últimas dos décadas: de 13.353 por partido en 1996 a 20.751 en 2019”.