La cuarta edición fue la única en la que no se disputó una final para definir al campeón. Se jugó un cuadrangular entre los mejores cuatro por puntos y en el partido definitivo Uruguay dio el golpe con los goles de Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia y enmudeció a un mítico Maracaná que nunca tendría el placer de ver a la Selección Brasileña campeona. Argentina no participó de este Mundial por dos motivos: una mala relación con la dirigencia anfitriona y un éxodo de futbolistas posterior a una huelga realizada por los deportistas en 1948. El combinado nacional tampoco había sido parte de la Copa América, disputado en Brasil el año anterior.