A partir de la anécdota del regalo que le hizo Cristina Kirchner a Alberto Fernández, el libro de Juan Carlos Torre "Diario de una temporada en el quinto piso", la vicepresidenta remarcó la crónica sobre un encuentro entre José Luis Machinea con el presidente del Banco Mundial: el motivo era un préstamo de 4 mil millones de dólares para privatizar los polos siderúrgicos y petroquímicos". El prestamo fue denegado por el ente para favorecer a Estados Unidos y no abrir la posibilidad de desarrollo de otro polo que compita con su producción. "El problema no es de Estados Unidos --concluyó la vicepresidenta--, el problema es nuestro. Ojalá nosotros defendiéramos nuestros intereses de la forma en que ellos defienden los suyos", y remarcó: "Estamos viendo ahora otra vez que también el derecho internacional se aplica en forma selectiva, porque el mundo y la geopolítica no se dividen entre buenos y malos, eso es para Netflix --se rió la vicepresidenta--. No hay buenos o malos, hay intereses."