Hace once años, el cineasta Ezequiel Erriquez emprendió un viaje por el norte argentino, y cuando llegó a Panambí, un pueblo misionero cercano a Oberá -sobre el río Uruguay, en la frontera con Brasil-, entró en contacto con pobladores del lugar. Vio que la gente estaba muy movilizada por la construcción de una represa hidroeléctrica -un proyecto binacional desde la década del '70 que está vigente y que se llama Panambí-Garabí-, y viendo qué iba a suceder con sus casas y con los aserraderos de la zona, porque todo iba a quedar debajo del agua. Fue entonces que los pobladores organizaron una extensa caminata hasta Posadas. "La gente me transmitía lo que le estaba sucediendo y también el imaginario de lo que iba a suceder con ese territorio inundado", comenta Erriquez, quien también se contactó con maestros de frontera que le contaron la compleja realidad de la zona, ya que la frontera está atravesada por el narcotráfico, la trata de personas, etcétera. "Me pareció un lugar bellísimo. No es un lugar turístico. Y pensar que ese lugar iba a quedar bajo el agua con toda la riqueza cultural que tiene, me dio ganas de retratar algo de eso. De alguna forma, la gente me estaba pidiendo que haga una película", confiesa el director. Y lo concretó: La crecida se estrena este jueves en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín.