En su búsqueda por diversificar la economía y dejar la dependencia del petróleo, el príncipe heredero Mohammed bin Salman de Arabia Saudita ordenó construir The Mirror Line (Línea de Espejos), un edificio lineal de 170 km de largo en el noroeste del país, donde podrían vivir cinco millones de personas y que estará recubierto de vidrios espejados. Según reveló The Wall Street Journal, la construcción implicará el desembolso de un billón de dólares por parte del gobierno saudí y será diseñado "en torno a las personas, en lugar de los automóviles", según la propaganda oficial. El proyecto deberá rivalizar con las pirámides de Egipto, ordenó el príncipe.