A finales de los años 60, Sixto Rodríguez, un misterioso músico, fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que quedaron fascinados por sus melodías conmovedoras y sus letras proféticas. Grabaron dos discos con la convicción de que el artista se convertiría en uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó, y el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio en un escenario. Mientras tanto, uno de los discos llegó a la Sudáfrica del Apartheid y se extendió por todo el país en grabaciones piratas, que hizo de Rodríguez un icono de la libertad y de la lucha contra el sistema. Mucho tiempo después, dos fans sudafricanos se empeñaron en averiguar qué había pasado realmente con Rodríguez y su investigación los llevó a conocer una historia extraordinaria.