Un destino de futbolista, la pelota como aliada y el afán de progresar. Muchas infancias condensan esos tres sueños cuando se mira el futuro desde la pobreza. Ousmane N'Dong alimentó esa ilusión en su Dakar natal, con la fuerza de salir al mundo a ver qué le deparaba. Llegó a Buenos Aires en 2018, jugó cuatro años en Lanús y en 2022 se cruzó de orilla. Firmó en el club Albion -el más antiguo del Uruguay- y sigue haciéndose su propio camino en el fútbol rioplatense. El defensor senegalés, largo como una espiga, 22 años y español casi perfecto, vivió una tarde amarga en la cancha de Wanderers el 18 de junio. El racismo, acaso el mal endémico con más siglos de historia, lo transformó en víctima y noticia al mismo tiempo. Desde Pocitos, el barrio de Montevideo donde vive, contó que conoce muy bien el pasado de su pueblo esclavizado. Ese oprobio del colonialismo que le enseñaron en la escuela y de cuyas marcas el hombre, desde que es hombre, no puede despegarse.