Natascha Kampusch, una joven austríaca de 18 años, escapa de la casa en la que estuvo secuestrada durante más de ocho años. Había sido raptada cuando tenía diez años, en marzo de 1998, por Wolfgang Přiklopil, un técnico en comunicaciones. La tuvo encerrada en su casa y abusó de ella. De a poco, la joven consiguió tener mayor margen de circulación dentro de la casa y eso permitió su huida. Cuando la policía se abocaba a la búsqueda de Přiklopil, éste se arrojó a las vías del tren en Viena, un día después de la huida de su víctima. El caso genera conmoción a nivel mundial. Kampusch contó su experiencia en el libro 3096 días, cuyo título remite al tiempo que duró el secuestro.