El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), último campeón del mundo, que había abandonado en la antepenúltima vuelta de Barhéin hace una semana, ganó ayer el Gran Premio de Arabia Saudí, la segunda carrera del Mundial de Fórmula 1, de nuevo nocturna y con luz artificial, que se disputó en el circuito urbano de Yeda, donde el monegasco Charles Leclerc (Ferrari), que fue segundo, mantuvo el liderato del certamen.