Cormillot hizo und escargo en Twitter, donde pidió disculpas: “Perdón, di un ejemplo antigüo. Me traicionó el haberlo escuchado sin compartirlo, centenares de veces. Lo de la mano era simbólico. Perdón”, sostuvo. Y agregó: “Me equivoqué porque hablé de situaciones de trabajo y debería haber dicho que también pasa en el gimnasio, en las escuelas, en las universidades, en los taxis que no le paran en la calle a las personas con sobrepeso. Relaté lo que me cuentan mis pacientes, no quiere decir que lo apruebe. Incluso, lo he denunciado infinidad de veces de forma pública”. “Las personas con sobrepeso son discriminadas y cuando bajan de peso son menos discriminadas. Eso no está bien, es horrible, pero es la verdad. Tenemos que hacer cosas para cambiarlo y una de ellas es denunciarlo. Callarnos la boca no va a ayudar a mejorar la situación”, agregó.