Leandro Bravo tenía 37 años y murió bajo custodia policial luego de haber sido levantado de la calle en medio de una golpiza que le propinaron en el suelo tres policías. Los golpes siguieron en un patrullero, y llegó al hospital sin vida, con lesiones en la cara, hombros, marcas en las muñecas y lesiones en las piernas. El 14 de marzo de 2022 fueron detenidos y acusados de tormentos seguidos de muerte los agentes Fleitas, Franco Sosa, Agustín Díaz y Gómez. La Consultura Pericial de Ciencias Forenses reclama, en el aniversario del fallecimiento de Bravo, Memoria, Verdad y Justicia.