El Gran Premio de Emilia-Romaña, sexta prueba del Mundial de Fórmula Uno, que se debía disputar el domingo en el circuito de Imola, fue cancelado ante la emergencia climática por las fuertes lluvias que causaron inundaciones en la región de Italia en la que se encuentra emplazado. La decisión fue adoptada tras las conversaciones entre todas las partes implicadas y después de que el vicepresidente del Gobierno italiano y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, considerara que ante la situación generada era "oportuno aplazar el Gran Premio" para centrar la atención en las tareas de rescate.