La casa de ladrillos fue pulverizada. Todo lo que queda de ella es el piso regado de objetos personales, una mochila rosa, un frasco de champú milagrosamente en pie. Tras el violento tornado que arrasó Rolling Fork, en Mississippi, los habitantes de esta localidad recién se están cayendo en la cuenta de cómo cambiarán sus vidas. En este domingo caluroso y soleado, bajo un cielo azul, aunque se auguran nuevas tormentas, todos comenzaron a regresar al pueblo que ofrece un paisaje de casas destrozadas y árboles caídos: quieren evaluar los daños y salvar las pertenencias. Y han venido porque estos escombros son todo lo que queda de sus vidas previas a la noche del viernes, cuando un tornado mató al menos a 25 personas en todo este estado del sur del país, al menos 13 de ellos en Rolling Fork, que tiene 2.000 habitantes.