Más catástrofes llegan del norte. Pero no desde los Estados Unidos, donde “el fin del mundo” (en sus distintas variantes y tamaños) es el tema recurrente de un alto porcentaje de las producciones que aspiran a golpear la taquilla como un tsunami. También en Noruega vienen apostando fuerte al género. Eso demuestra que Hollywood ya no es el único lugar con capacidad técnica para contar este tipo de historias, que necesitan de una gran inversión en efectos especiales para resultar verosímiles. Maremoto es el último exponente de esta tendencia que ya acumula varios títulos, como La última ola (2015) o Terremoto (2018), ambas estrenadas en salas locales. E incluso se puede sumar a Troll (2022, Netflix), donde la catástrofe es producida por una criatura fantástica. Lo curioso es que estos cuatro títulos fueron filmados por solo dos directores: Roar Uthaug (La última ola y Troll) y John Andreas Andersen, que primero hizo Terremoto y como la cosa le gustó, la siguió ahora con Maremoto.