El vértigo con el que se desarrollan los hechos no permite en muchas ocasiones detenerse para repasar lo transcurrido, principalmente cuando los episodios son del más alto relieve. La Selección Argentina de fútbol volvió a llegar a la cima del mundo por tercera vez el 18 de diciembre pasado, en la lejana Doha, alcanzando la tercera Copa del Mundo de su historia. Lo que ocurrió después del penal ejecutado por Gonzalo Montiel transcurrió entre llantos de felicidad, abrazos eternos, reconocimientos y desahogos. Lo curioso de todo fue que en medio de ese clima, el seleccionado no pudo completar la vuelta olímpica tradicional que realizan todos los campeones. El movimiento de gente entre los que se encontraban jugadores, familiares de estos, amigos, dirigentes e infiltrados, inició su recorrido por el campo de juego del estadio Lusail pero se detuvo en el arco donde terminó marcando la igualdad en tres Kylian Mbappé.