Es un quinteto geográficamente belga, sí. Pero sopesa con tal origen que lo encabece un contrabajista argentino llamado Ariel Eberstein, y lo completen otro argentino (Alejandro Schwarz), un estadounidense (Stephen Meyer), un francés (Lysandre Donoso) y apenas un solo local (Ivo de Greef). Menos belga suena aún que Sónico tenga como fin revisar la obra de creador tan argentino como Eduardo Rovira y, de paso, adherir a tal revisionismo estético la figura de quien mejor entendió la transcripción de la Buenos Aires de la segunda mitad del siglo XX a música: Astor Piazzolla. En efecto, “Piazzolla-Rovira, la noche del encuentro” se llama el espectáculo que el quinteto presentará este miércoles a las 14, en el Centro Cultural Néstor Kirchner, en el marco de la tercera gira que realiza por América latina. “El público se encontrará con un ensamble mucho más maduro que el que se vio hace cuatro años, cuando vinimos por última vez”, asegura Eberstein. “No solo tenemos ya tres discos bajo el brazo sino que hay miembros nuevos, mucha más experiencia y principalmente muchas ganas de reencontrarnos con el público argentino para poder devolver a la música de Rovira a su lugar de origen”.