Un hombre entra a robar un banco en Estocolmo y toma cuatro rehenes. Consigue que las autoridades hagan ingresar a un preso que cumplía condena. La toma de rehenes se extiende por cinco días, cuando la policía sueca entra con gases lacrimógenos, reduce a los dos secuestradores y libera a los rehenes, sin que haya heridos. Los diálogos posteriores con los liberados muestran que estos habían desarrollado lazos de empatía con sus captores. Los psicólogos comienzan a estudiar esta condición, que se conoce como síndrome de Estocolmo. (Crédito: AP)