Lo que suele entenderse como “argumento” es aquí apenas un soporte mínimo de las acciones de los personajes, un esqueleto que permite ubicarlos. Guillermina (Guillermina Pico) dejó su casa en Buenos Aires hace más o menos una década (el tiempo pasado entre Dioramas y ésta) y desde ese momento vive en Barcelona, no se sabe muy bien haciendo qué. Tiene allí a su hija, Isabel (Isabel García Ponzoda), que nació en la ciudad condal, a su padre, un arquitecto octogenario, un grupo de amigos y amigas y su ex. En Buenos Aires quedaron su madre y su hermana menor Iara (Macarena Fernández), que ahora la visita. Ante la necesidad de dejar su casa, Guillermina se plantea la posibilidad de mudarse un tiempo con el padre, en compañía de Isabel. Y eso es más o menos todo, en términos de argumento.