El 19 de julio de 1977, la estudiante de Biología Inés Ollero, miembro de la Federación Juvenil Comunista, se despidió de sus compañeros tras participar de una reunión y tomó, como todas las noches, el colectivo 187, que la llevaba a su casa. Portaba consigo algunos textos y volantes. La policía detuvo el colectivo y un grupo de civiles armados hizo bajar a todos los pasajeros, conduciéndolos a la seccional 49, de Villa Ballester. Confeccionaron un listado completo del pasaje y volvieron a subirlos al colectivo. “En la lista estaban todos los pasajeros, menos uno”, testificó en 1985 el chofer del colectivo, que participó del juicio a las Juntas, y más tarde de la megacausa Esma. El nombre faltante era el de Inés. La chica, de 22 años, fue llevada a ese centro clandestino, donde fue vista por testigos y donde desapareció. “¿Cuál es su oficio?”, le preguntaron en juicio a las Juntas a César Ollero, padre de Inés. “Mi oficio es buscar a Inés”, respondió este hombre que no cejó jamás en su empeño. Gracias a ese empeño, ya en democracia, el vicealmirante Rubén Jacinto Chamorro pudo ser convocado, repatriado, detenido y encarcelado. El oficio de buscar a Inés es el título del documental en el que la realizadora Anahí Carballido Marzá reconstruye el caso, y que el domingo pasado se preestrenó en forma especial en el Centro Cultural Haroldo Conti, que funciona en las instalaciones de lo que alguna vez fue la Esma. A partir de este martes, día en el que se cumple un nuevo aniversario de la desaparición de Inés Ollero, El oficio de buscar a Inés puede ser vista en la plataforma online Kinoa.TV.